Ambos sectores actúan con reglas de juego prohijadas por el Estado.
Sin embargo 2010 no es un año que pueda definirse por la virulencia del agro-conflicto, en todo caso fueron meses de expectativas en los cuales, salvo casos puntuales como en el norte santafesino, hubo un adiós a las rutas.
La atención estuvo focalizada sobre la labor parlamentaria para ver si se podía avanzar sobre los temas paradigmáticos: retenciones, la reformulación de
El debut de más de una decena de agro diputados defraudó a algunos y entusiasmó a otros, lo cierto es que en el transcurso de los debates por las retenciones, la segmentación propuesta por los legisladores de Federación Agraria Argentina trazó un límite en las posiciones que salpicó al agro sin cesar.
La diferencia aún persiste.
En tanto, la buena cosecha de la campaña de soja 2009-2010 empezó a reconstruir las finanzas de la sequía anterior, pero el año finaliza con un retroceso en el área sembrada y las perspectivas poco alentadoras que presenta el fenómeno climático
La ganadería fue tema central ya que hizo eclosión lo que era augurado: el faltante de 10 millones de cabezas, la caída del consumo por persona, de la faena y la oferta, exportaciones menguadas por la propia escasez y la sorpresa de todos aquellos que no creían en los diagnósticos.
A varios todavía les cuesta creer que van a faltar cuatro años para que se recomponga la situación de la hacienda .
Pudo dar a conocer dos trabajos realizado con los técnicos de AACREA: el campo invierte entre producción de granos y ganadería más de 150 mil millones de pesos por año, una suma que también sorprendió.
El año del Bicentenario encontró al campo con muchos indicadores que deberían ser superados para hacer honor al primer centenario.
La sojización ante falta de alternativas, producto de la injerencia estatal, abre y cierra el período anual sin que en el horizonte se perfile todavía una salida.
De todos modos, la confianza es el último valor que un hombre de campo se permitirá perder.
Fuente: Noticias Argentinas