Tener árboles preparados para afrontar efectos del calentamiento global, como la sequía, la disminución de lluvias y la concentración, en cortos lapsos, de vientos, heladas y tempestades.
Es la meta de investigadores del Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura (CEAF) de la Región de O’Higgins, (Chile)que desde 2009 trabajan en el proyecto.
Si los resultados son positivos, los árboles serían comercializados en un lapso de cuatro años.