Hasta ahora, los anuncios anteriores no habían movido la aguja de los precios, ya que si bien aparecieron valores más atractivos en las pizarras, éstos no representaban la situación real sino que obedecían a operaciones puntuales. Hubo quejas de corredores e incluso de alguna de las entidades del campo, como
Lo que se argumentaba era que los cupos otorgados anteriormente no incidían en el mercado porque los exportadores ya contaban con la mercadería. Ahora la situación debiera cambiar, porque se sabe que hay mucho maíz y bastante trigo en poder de los productores.
Cuando los exportadores no estaban seguros de que se autorizaría la exportación, se mantenían retraídos. Si empieza a operar el nuevo régimen, que promete la autorización de exportar automáticamente, siempre que se paguen las retenciones al contado, o que en su defecto se embarque dentro de los 45 días de otorgado, los exportadores tendrían que salir a comprar.
El compromiso es pagar el precio FAS, que es el valor internacional menos las retenciones y los gastos de embarque.
En criollo, un maíz de 460-480 (según las fluctuaciones de estos días) y el trigo bien por encima de los 600 pesos. Son los valores que se anotaron en las pizarras, pero ahora estarían disponibles para todos.
Así, se disiparía uno de los nubarrones que enervaron al sector. Los productores ya han digerido que este Gobierno no va a tocar las retenciones. Ni siquiera lo aceptó para las zonas afectadas por la severa sequía, cuando vetó el artículo de la ley de emergencia que proponía la quita.
Pero el resentimiento se exacerbó cuando verificaron que la brecha entre el FAS y el FOB llega a niveles obscenos, como ocurrió durante todo el 2008 y buena parte del 2009.
Con los registros cerrados, la ausencia de los exportadores en el mercado y abundancia de mercadería, los productores quedaban a merced de los compradores para el mercado doméstico. Una verdadera cacería en el zoológico.
De todas formas, persisten las dudas. En estos días se sabrá si es cierto que estamos frente a una flexibilización de los registros de exportación.
En los convenios que ha firmado el Gobierno con los exportadores, éstos se comprometen a abastecer el mercado interno al precio FAS y por la misma cantidad que exporten. Sobre esa base se otorgaría el ROE en forma automática. Pero no es lo que ha sucedido hasta ahora. Dos exportadores estuvieron en estos días a un tris de no poder cargar barcos que estaban en rada, con maíz de su propiedad, porque se demoró la emisión de los ROE respectivos. Al final llegaron, y los barcos se cargaron y partieron. Pero dejando una estela de dudas.
La consecuencia más grave de esta situación ha sido la imposibilidad de cerrar contratos forward, y el marco restrictivo con el que operaron los mercados a término de trigo y maíz. Esto impidió tomar coberturas, y se perdió la oportunidad de aprovechar buenos momentos de precios. La última, hace pocos días, cuando nuevamente el clima húmedo y frío amenazó la cosecha del Corn Belt. De la misma manera que el fenómeno opuesto, la sequía y el calor, amenazan a la mitad de las pampas.
Fuente Clarin