La capacitación fue organizada por el INTA y el área de Prensa del Ministerio de Producción, Trabajo y Turismo, con el objeto de generar un movimiento de concientización en la comunidad a través de los medios de comunicación, que provoque la colaboración de los ciudadanos, municipalidades y otras entidades en la prevención y especialmente hacer conocer los perjuicios económicos y sociales que el HLB (Huanglongbing) está provocando en las áreas citrícolas del mundo donde apareció esta enfermedad y que ahora amenaza a
Si bien los expertos consideran que la presencia del insecto vector en el país tiene una fuerte incidencia en las posibilidades de contagio, la colaboración de la comunidad es de suma importancia para que ello no suceda o, por lo menos, para dilatar su ingreso hasta tanto se realicen más investigaciones y estudios que permitan mitigar al máximo sus efectos, ya que esta enfermedad no tiene cura hasta la fecha.
Las charlas estuvieron a cargo de la ing. Agr. (PhD) Blanca Canteros, fitopatóloga del INTA Bella Vista; de la ing. Agr. M.Sc. Sara Cáceres, entomóloga de esa institución y el ing. Pedro Méndez, supervisor regional a cargo de la fiscalización en HBL del SENASA. La apertura y presentación de la jornada estuvieron a cargo del director regional del INTA, ing. José Luis Russo y del ing. Andrés Ramírez, extensionista del INTA Bella Vista y coordinador del Proyecto Regional Citrus.
La ing. Canteros cuenta con una extensa trayectoria y conocimientos adquiridos a través de su participación -como invitada, expositora y asistente- de un sinnúmero de encuentros internacionales, tanto acerca de la enfermedad como de su especialidad, y los numerosos trabajos realizados como investigadora en el área.
Su exposición incluyó la descripción de la enfermedad, sus orígenes y su dispersión por las áreas citrícolas del mundo, como también del insecto transmisor (vector)
Una de las fuentes de contagio que se teme es el ingreso de plantas de zonas infectadas, tal el caso de variedades de citrus o sus yemas y especies hospederas del insecto, que se acrecienta en temporadas de verano cuando los turistas traen al país ejemplares adquiridos en Brasil, que es donde se encuentra instalada la enfermedad. Estar capacitados para informar a la comunidad sobre este riesgo y el impacto sobre la producción citrícola, fue uno de los objetivos primordiales de
La investigadora habló también del hospedero del insecto,
También se consideró que una campaña de difusión sobre este particular, respecto de reemplazar los ejemplares de mirto en casas particulares, es esencial para reducir las posibilidades de arraigo del insecto transmisor y con ello las de contagio, especialmente en las zonas citrícolas.
Como la enfermedad tarda unos dos años en manifestar los síntomas, se trabaja mientras en un monitoreo minucioso para controlar la población de insectos y verificar que no estén infectados, a través de análisis de avanzada sobre muestras de síntomas sospechosos que se efectúan en los laboratorios del INTA ubicados en Bella Vista, Concordia (Entre Ríos) y Montecarlo (Misiones).
La ing. Cáceres explicó como se transmite el HLB, las características del vector y el hospedero y también los trabajos de investigación que se realizan en control biológico y resultados del control químico sobre la población del insecto, con productos y dosis habituales para citrus.
La profesional es experta en plagas y enfermedades en cultivos de tomate, pimiento y citrus, con innumerables trabajos de investigación sobre manejo integrado de plagas y control biológico.
Si bien las experiencias seguirán hasta que se extinga la amenaza, los investigadores de todo el mundo trabajan en hallar pronto un método de control. En Cuba, donde las plantaciones se extienden en conglomerados sin límites, la enfermedad hizo estragos y obliga a renovar los ejemplares en producción cada diez años, conforme la planta se va deteriorando, con el consecuente costo y disminución de rendimientos.
Por su parte el SENASA trabaja en monitoreo de zonas de riesgo (frontera), charlas, controles fronterizos en puntos de ingreso, eliminación de viveros clandestinos y del mirto y la inscripción de viveros de propagación.
La última disposición del organismo sobre el tema, la 930/09, obliga a los viveristas a cultivar el material de propagación bajo plástico e instalar mallas antiáfidos desde el 2011, para asegurar que el insecto no ingrese a los invernaderos y contamine las plantas nuevas. Así, llegada la necesidad de reponer plantaciones por la presencia de la enfermedad, se dispondrá de material sano. Quienes no cumplan con estas condiciones, no podrán funcionar, se advirtió. Las plantas producidas hasta el 31 de diciembre próximo, podrán venderse solo hasta el 2012.
Fuente: Cadena de Radios