1.04.15El pasado lunes, citricultores entrerrianos arrojaron más de 35 toneladas de naranjas a la ruta 14 frente a la entrada a Chajarí.
Luego de donar a distintas instituciones 60 toneladas de citrus, los productores arrojaron la fruta a la ruta como modo de protesta debido a la falta de rentabilidad que, según dijeron, ubican al sector en una “crisis terminal”. Dijeron que a la falta de rentabilidad se le suma la saturación del mercado interno por la imposibilidad de exportar. Eso hizo que los precios se derrumben.
Además de arrojar las frutas a la ruta, también han dejado los citrus en las plantas, sin cosecharlas, porque el costo supera el precio que reciben por la producción. En los últimos días, además, los automovilistas que transitan por aquella autovía recibieron naranjas de regalo de parte de los desesperados productores, quienes hace tiempo venían advirtiendo las consecuencias de la crisis sectorial, según contó el periodista agropecuario Danilo Lima.
“La situación es terminal”, le dijo a El Diario Rural, Dante Grigolatto, el presidente de la Federación del Citrus de Entre Ríos (Fecier), al tiempo que vaticinó una profundización de la protesta –con cortes de rutas– si el Gobierno nacional no atiende los reclamos del sector.
“Cada día que pasa la situación es más grave para el citricultor. Nosotros a esta crisis la veníamos viendo desde hacía muchísimo tiempo. Sabíamos que esto iba a pasar y ahora, lamentablemente, tenemos que terminar con una protesta de estas características”, explicó Grigolatto.
El productor, agregó, “está desesperado” y “encontró esta forma de protestar, que no nos gusta nada, y que no sabemos cuándo ni cómo terminará”.
La crisis del sector, básicamente, obedece a las nulas posibilidades de exportación debido a la devaluación del rublo ruso, a la falta de apertura de mercados internacionales –Estados Unidos y Brasil, principalmente– por razones políticas, y al atraso cambiario que pone en jaque a todas las economías regionales. Si a estas causas se suma la mayor producción de frutas –este año el aumento se ubicaría en el orden del 10%–, los precios, está claro, se derrumban estrepitosamente.
Y esto es lo que sucedió: una mayor producción y la imposibilidad de exportar hicieron que el mercado interno se inundara de frutas; los precios cayeron dramáticamente. Hoy, por ejemplo, recibe en la quinta 30 centavos por el kilo de naranjas, el mismo kilo de naranjas que los consumidores entrerrianos pagan 5 ó 6 pesos, en oferta. Quién se queda con esa diferencia es tema de otra nota.