Gran parte de los tambos en las cuencas lecheras principales (Santa Fe, Córdoba y norte de Buenos Aires) practican el sistema pastoril o "drylot" con dietas servidas con muy poca sombra para las vacas. El experto Israel Flamenbaum argumenta las ventajas económicas de proporcionar sombra y refrescado
Las vacas en sistemas base pastoril o en drylot están sujetas durante los meses del verano a la radiación solar directa, casi todo el día, o tienen sombra en forma muy limitada. Lo mismo sucede con las pistas de alimentación, bebederos y patios de espera de estos tambos se encuentran sin sombra. Muy pocos tambos en estas zonas principales de producción practican el confinamiento en forma tradicional.
Al conocer más de cerca el manejo práctico de estos tambos me di cuenta de un punto que me llamo la atención: El tambero argentino cree que con el pasto, él puede abaratar el costo de alimentación y producción de la leche, pero, en la realidad, el pasto no ocupa más del 30% del total de material seca que consumen las vacas, y por este motivo, su uso reduce en forma muy limitada el costo total de la producción. Por otro lado, el obligar a las vacas a pastorear en meses de calor reduce la producción anual de las mismas en aproximadamente 3.000 litros, lo que, en términos económicos le cuesta al tambero mucho más del ahorro con el pasto. En mis charlas trato de darles a entender a los tamberos que el pastoreo directo es uno de los más grandes enemigos del tambero en estas zonas.
Los números disparan decisiones
Lamentablemente, el tambero argentino se encuentra hoy en una situación difícil, por el hecho que se comieron todas las reservas y no tienen fondos suficientes para invertir en infraestructura que puede mejorar el bienestar de las vacas y ayudarles combatir el calor del verano. Por este motivo, hay que ofrecerle soluciones baratas y prácticas, dando lo mínimo requerido para ayudarles a las vacas a protegerse del sol y disipar el calor metabólico que generan en forma eficiente y efectiva. Se trata de inversiones en "sombras portátiles" con materiales baratos, con un total de 8-10 metros cuadrados de sombra por vaca, repartidos entre patios de espera, pistas de alimentación, bebederos y zona de descanso. Cálculo que la inversión requerida para lograr esta meta es $10.000 por vaca.
Para abaratar el costo del refrescado, este se dará en forma económica únicamente en el patio de espera, colocando ventiladores y aspersores y refrescando a las vacas en turnos, antes y entre los ordeños, dando a cada vaca el tiempo de refrescado adecuado, de acuerdo a su estado en la lactancia y su nivel productivo.
Estimo una inversión de $2.000 por vaca en equipo de refrescado y un costo aproximado de $500 por vaca en su operación en los 120 días de calor que se esperan en las principales zonas de producción de Argentina.
En un tambo con 500 vacas, esto significa una inversión total de 6 millones de pesos (5 millones para las sombras y un millón para la instalación del equipo de refrescado), número que surge de una inversión fija de $12.000 por vaca, y de $250.000 anuales de inversión blanda, para su operación (luz eléctrica, agua y mano de obra).
Para calcular la rentabilidad de la inversión en sombras y refrescado hago uso de un programa Excel que fue desarrollado reciente con ayuda de un economista. El cálculo toma en cuenta un costo promedio de alimentación (30% de pasto y 70% de mix para vacas lecheras) de 4 pesos por kilogramo de materia seca, y el precio por litro de leche al productor de $9,5 por litro. La tasa de interés a la inversión es de 15% que es la tasa de interés real en estos días en Argentina. La vida útil del equipo instalado es de 10 años.
Asumimos que, al mantener a las vacas con suficiente sombra en zonas de comedero y descanso, y con buen refrescado (buen mojado y ventilación forzada, suficiente tiempo durante el día), se obtendrá un incremento de la producción de leche de entre 10 y 20% al año, y de una mejora de 10% en la eficiencia nutricional en los meses del calor (la conversión de comida a leche). El cálculo no toma en cuenta otros beneficios económicos esperados, como son las mejoras en la fertilidad y la salud de las vacas. Por cada litro adicional que se produzca cálculo que las vacas consumen 0.5 kg adicionales de materia seca.
En este artículo presento el cálculo realizado para un tambo con producción inicial por vaca de 7.000 litros por lactancia. El cálculo muestra que al implementar sombras y refrescado en forma adecuada, y después de cubrir los gastos de operación y comida adicional, se espera un incremento de $2.500, $5.300 y $8.000 en el ingreso anual por vaca, al obtener un incremento de 10%, 15% y 20% en la producción anual de las vacas, respectivamente. Esto significa un incremento de 1.3, 2.6 y 4 millones de pesos por tambo con mismos esperados incrementos en la producción por vaca.
Los datos presentados en este artículo nos indican que, al obtener un incremento de 10% en la producción anual del tambo la inversión se pagará en 5 años. Basado en mi experiencia en proyectos anteriores, tengo la certeza que, logrando darles a las vacas suficiente sombra y buen refrescado se puede esperar un incremento de por lo menos 15% en la producción anual del tambo y, en este caso, la inversión podrá ser pagada en aproximadamente 2 años. Muy pocas inversiones en el sector lechero argentino, tienen esta rentabilidad.
El incremento en la producción de leche en general, y más de todo en meses del verano, es de interés mutuo del tambero y de la industria lechera argentina que en la actualidad no está aprovechando toda su capacidad para procesar leche. Por este motivo, creo que este es un momento oportuno para que ambos sectores negocien la forma de cómo financiar estas tecnologías, y definan cómo compartir sus beneficios.
Fuente: Todo agro