Identificar cuáles son los problemas biológicos que limitan la producción primaria de yerba mate y cómo resolverlos es el objetivo que se trazó el investigador correntino Pedro Sansberro, un desafío que lleva adelante con apoyo del Instituto Nacional de la Yerba Mate, y que ya arrojó los primeros resultados.
Sansberro lleva más de 30 años de trabajos en yerba mate, como integrante del Instituto de Botánica del Nordeste, dependiente del CONICET y de la Universidad Nacional del Nordeste, y en constante vínculo con el INYM. Cuando resume los resultados, habla del uso de la biotecnología, esto es: tecnología aplicada a los procesos biológicos, para mejorar la productividad.
Hay tres grandes aspectos que limitan la producción, indicó Sansberro al exponer en la Primera Jornada Científica de Yerba Mate, en septiembre, en la ciudad de Eldorado. “Hablamos de la heterogeneidad y el envejecimiento de los cultivos, la falta que hay de generación de nuevos cultivares, y la falta de información sobre la respuesta de las plantas a distintos tipos de estrés, como la sequía y las enfermedades”, enumeró. “A partir de esos aspectos hemos iniciado investigaciones y hoy ya hay resultados que pueden ser transferibles al sector”, aseguró.
Así, uno de los logros es “haber desarrollado un protocolo de clonación de plantas adultas de yerba mate a través de técnica que se conoce como macro propagación a nivel viveros”, dijo, al tiempo que recordó que “esa era una limitante en el cultivo dado que se seleccionaba una planta por producción por su resistencia a plagas o a enfermedades, pero no se disponía de una herramienta para poder clonar o producir copias de esa planta en forma masiva. Eso lo hemos solucionado. Después de varios años de investigación, hoy se dispone de un protocolo que funciona muy bien y ya pasa a ser un mito no poder propagar plantas adultas de yerba mate. Es una herramienta que está a disposición del viverista”, explicó.
A esa buena noticias se suma “todo el desarrollo que hemos hecho –continuó Sansbero- utilizando herramientas biotecnológicas para generar un protocolo de clonación de individuos adultos a través de la técnica que ofrece el cultivo in vitro de tejido vegetal, del uso de biorreactores cuyo prototipo hemos realizado”.
El ingeniero remarcó además que a través de las investigaciones científicas “hemos avanzado con respecto a las posibilidades que tiene la planta para poder, en parte, modificar su entorno celular y resistir o tolerar eventos, como puede ser una sequía prolongada que se da a causa del cambio climático”, y detalló en ese sentido: “hemos estudiado esto a nivel molecular, a nivel de transcripción de genes, a nivel de motabolitos de la planta, y por último integrar todo eso en la respuesta fisiológica de la planta . Eso está disponible”.
Próximos pasos
Finalmente, Sansberro opinó que “lo que más entusiasma es la perspectiva a futuro”.
Las líneas de investigación que están desarrollando “tiene que ver con integrar las respuestas a sequía con las respuestas a enfermedades”, y ello porque “se ha identificado en la expresión de genes de yerba mate que por un evento de sequía también se induce la expresión de genes que tiene que ver con la resistencia a enfermedades con patógenos; eso nos está diciendo que hay un tercer actor que muchas veces no se tuvo en cuenta que tiene que ver con asociaciones con otros organismo endófita(residen en tejidos de las plantas)”.
En esa línea, el investigador recordó que “la yerba mate no está sola, acude a asociaciones con bacterias y con hongos y que tienen un beneficio mutuo tato para el hospedante (planta de yerba mate) como para el hospedero (el microroganismo) . ¿Pero qué sucede? Cuando hay un evento que estresa a la planta, hay un desequilibrio en esa flora, entonces esa sociedad se altera y ahí aparecen los microorganismos que se llaman oportunistas y generan enfermedades. Eso es lo que hay que atender ahora y considero que es un cambio de paradigma que hay que dar en la manera de estudiar la yerba mate”, consideró.
Fuente: Prensa INYM