Los proyectos de forestación crecieron al amparo de la ley 25.080 que le da estabilidad fiscal y, además, establece el reintegro del 80% de los costos de plantación de hasta
En general, en estos emprendimientos se plantan eucaliptus, árboles que llegan a la madurez en 10 años y que rinden tres ciclos biológicos. Por cuestiones climáticas y geográficas,
En este contexto se vienen desarrollando distintos fideicomisos para pequeños inversores, con aportes que arrancan en US$10.000. La promesa es una ganancia alta en dólares de entre el 10 y el 17% , solo disponible para quienes estén dispuestos a esperar entre 12 y 20 años. La rentabilidad se distribuye en forma irregular a lo largo de la inversión. En general, en los primeros tres años no hay ganancias, luego empieza a percibirse en forma gradual, y sobre el final del fideicomiso, nuevamente deja de haber ingresos.
El grueso de los proyectos se desarrollan en
«Con la propiedad de la tierra y la plantación como activos, nos lanzamos a armar los fideicomisos junto con Bapro Mandatos y Negocios», cuenta. Cada inversor tiene una participación proporcional de la inversión. El monto mínimo es de US$15.000 y, hasta ahora, cuentan con 50 inversores.
Para Balzamo, la ventaja de este proyecto es que «se trata de una inversión de bajo riesgo, predecible». A mediano plazo, tiene una tasa interna de retorno (TIR) prevista del 12,5% anual en dólares.
«Lo más difícil es encontrar inversores que elijan al largo plazo», cuenta Balzamo. «Tenemos varios tipos de inversores. Desde el abuelo que quiere asegurarle al nieto la educación universitaria, hasta el profesional de
Con su empresa Eucaforest, Ignacio Méndez Cunill está terminando su segundo fideicomiso, integrado por
«En los últimos 50 años, la madera siempre se ha valorizado por encima de la inflación», dice. Y asegura que al cuarto año se recupera el 70% del capital invertido, con una TIR del 17%.
Claudia Peirano, directora de
«Hay un stock forestal de 20 millones de toneladas de madera, y solo se industrializan 10 millones. La capacidad está rezagada en 50%», sostiene José Urtubey, empresario foresto-industrial y vicepresidente de
Y resalta que, si bien hoy la base forestal de bosque implantado es de 1,2 millones, «el potencial puede llegar a 5 millones. Pero para esto hacen falta inversiones para agregar valor a esta materia prima». Las previsiones indican que la forestación llegará a 2 millones de hectáreas en 2020.
Frente a este hecho, Balzamo señala que la clave para que la inversión rinda es realizar la plantación en una zona cercana a los aserraderos, como las que ellos eligieron en Corrientes. Por su parte, Cunill relata que «la idea es armar a futuro un proyecto industrial, porque hay mucha falta de estas inversiones». En el sector existen 7.600 pymes con 500.000 puestos de trabajo.
«Tenemos todas las ventajas como país, el suelo, el clima … pero el tema no está en agenda. Las últimas inversiones importantes se hicieron hace más de 30 años, a partir de una ley de promoción del gobierno de Perón», dice Peirano. Y sostiene que la demanda mundial de madera seguirá creciendo porque es menos contaminante que otros insumos, como el aluminio. «La tendencia que se está dando es explotar los bosques cultivados para preservar los bosques nativos. Es una inversión sostenible», señala.
Fuente: Diario Clarín