Para ello se viene realizando un proceso de evaluación participativa sobre el comportamiento de materiales genéticos disponibles en las chacras a los fines de promover la multiplicación de núcleos de materiales seleccionados y mejorar, de esta manera, la biodiversidad.
Uno de los pilares de este trabajo tiene que ver con su carácter participativo, donde son los propios productores quienes junto con los técnicos definen, analizan y resuelven los problemas a trabajar. Se promueve, de esta manera, que sea la propia comunidad la autogestora del proceso, apropiándose y llevando un control sobre el mismo.
Desde este proyecto se hace hincapié en que las comunidades locales, con su conocimiento de la conservación y manejo de la diversidad, constituyen, uno de los mejores custodios y garantes de la seguridad y la soberanía alimentaria. En este sentido hay que recordar que la humanidad viene sufriendo en las últimas décadas un acelerado proceso de pérdida de especies y variedades vegetales.