Tras el conflicto comercial desatado entre Argentina y China por las trabas de ese país asiático al aceite de soja local, Brasil y Estados Unidos, se dijo, podrían ser los dos estados que abastezcan esa demanda restringida a la producción de los empresarios aceiteros argentinos.
Una investigación de abeceb.com, sin embargo, consideró que no sería tan fácil que se reemplace los despachos locales por otros provenientes de Brasil y Estados Unidos.
Es que los chinos consumen 9,61 millones de toneladas por año. El 70% (6,75 millones) lo genera con su propia producción. Pero el 30% restante (2,85 millones de toneladas), se importa. Y de ese total, un 77% (2,20 millones de toneladas) proviene de la Argentina.
«Sólo cuatro países (China, Brasil, EE.UU y Argentina) concentran el 77% de la producción mundial de aceite de soja. Y Argentina es el principal vendedor. Nuestro país tiene un peso sumamente importante en las compras de China en el exterior, ya que el aceite de soja ocupa el quinto lugar entre los productos que más importa el país asiático», destaca el informe de abeceb.
Para que China reemplace a la Argentina debería recurrir a otros países. Pero eso es de dificil concreción: entre todos los países productores chicos (Paraguay, Canada, Bolivia, Rusia, Ucrania) no llegan ni al 2% de la producción mundial de aceite de soja.
La Argentina es un jugador muy fuerte en este terreno, con un 18,2% de participación, sólo superado por los Estados Unidos.
Quizás sean estas las razones por las que comenzaron a trascender distintos cables de noticias en las que se expresa que el gobierno chino flexibilizaría las medidas contra el aceite de soja argentino, consignó Ieco.