Actualmente, esa parcela de tierra es explotada por productores que tienen campos a lo largo de la ruta, y por los municipios, que acuerdan a través de un convenio cómo repartir los gastos y la renta. Ese convenio entre el “permisionario” (el productor) y las comunas para explotar las banquinas con soja surgió de las pautas que estableció la concesión de la autopista, que hace 15 años se otorgó a Aufe.
La idea del gobierno actual es que a lo largo del camino crezcan ahora otro tipo de yuyos, sobre todo los que había allí antes de la llegada del poroto que ha dejado tantas ganancias y sumado varios problemas a los argentinos durante los últimos tiempos.
César Mackler, secretario de Medio Ambiente, confirmó a Crítica de Santa Fe que “en la redacción de los pliegos para el llamado a licitación de la concesión de la autopista quedará expresamente prohibida la siembra de soja al costado de la banquina”.
Hace más de un año, el propio Mackler había anunciado que se obligaría a los productores y comunas a retirar la soja de las banquinas. Pero luego, según admitió, surgieron algunas trabas legales que quedarán superadas tras el nuevo llamado a licitación a realizarse este año.
La soja en las banquinas es un paisaje cotidiano en las rutas. Pero en la autopista que une Santa Fe con Rosario se destaca más aún porque el espacio que existe entre el borde de la cinta asfáltica y los alambrados de los campos es mayor. Desde Medio Ambiente calcularon que hay unas
Pero el dinero que dejan esos cultivos no va a parar a las arcas del concesionario de la autopista, sino que se reparte entre el dueño del campo y la comuna o municipio que tenga jurisdicción.
Ricardo Biasatti, subsecretario de Recursos Naturales de Santa Fe, explicó que la idea es recuperar esos espacios públicos para hacer allí un corredor biológico. “Son espacios en los que se pueden rescatar varias especies arbóreas y herbáceas, sobre todo en el norte del camino, donde había espinillos, totoras, pelo de chancho, entre otros”, detalló el funcionario.
Autor: · Fuente: Crítica Santa Fe