Se trata de un proyecto encarado conjuntamente entre
Con la metodología clara de amigar la tecnología con la tradición, con esta aplicación de lotes demostrativos se buscaron modelos productivos que combinaran los conocimientos de los tabacaleros con los aportes que les da la tecnología.
Puntualmente, se apuntó a buscar lograr más kilos y más calidad en el tabaco, haciéndolo económicamente rentable, pero además y por sobre todo, respetando el ambiente y la gente, el objetivo fue hacerlo más sustentable a nivel social y ambiental.
Es así que, en esta segunda campaña, se obtuvieron excelentes rindes en estos lotes, que promediaron en la presente campaña los 3.200 kg/ha, contra los menos de 1.000.kg/ha que se obtuvieron en promedio en lotes testigo, con un manejo tradicional, y los escasos 800 kilos de promedio general del área. Si a esto se le suma que en el cultivo de tabaco los rendimientos están directamente relacionados con la calidad del producto obtenido, los ingresos que percibe la familia tabacalera implementando esta serie de prácticas de manejo se ven incrementados de manera sustancial
Para llevar a cabo la empresa, se acordó un conjunto de prácticas como la fertilización ajustada, el control adecuado de plagas, momento oportuno de cosecha, la mejora del curado del tabaco, la aplicación de prácticas conservacionistas de los suelos y el riego complementario. Se buscó así dar al cultivo las condiciones necesarias como para que el mismo exprese todo su potencial, minimizando los efectos adversos del clima, especialmente la falta o irregularidad de las lluvias, que suele ser la principal causa de pérdidas.
Resultados y esperanzas
En la campaña 2007/08, fueron ocho las familias que tuvieron a su cargo lotes de ensayo y ya en la 2008/09, el número aumentó a 22 familias y ya se los llamó demostradores. Conceptualmente el cambio era importante ya que no era un “ensayo”, pues la tecnología estaba probada, sólo había que mostrarla a los demás productores. Lo que habían empezado tímidamente, se transformó en “el orgullo de ser demostrador”. Los excelentes resultados confirman que se está en el buen camino, y para esta campaña que se viene, la 2009/10, ya son muchos más los interesados en sumarse a este grupo.
Probablemente ya no serán “lotes demostrativos”, pues ya se demostró que se puede y cómo hay que hacerlo. Lo que seguramente sí se mantendrá es el orgullo de participar, el orgullo de ser tabacalero, pues el tabaco puede volver a ser una manera digna de ganarse la vida.
La producción de tabaco criollo correntino viene sufriendo un retroceso muy marcado durante los últimos 20 ó 25 años. Allá por los setenta, “salían 25 millones de kilos, y valía”; ya en los ochenta las cosechas sólo alcanzaban los 10 ó 15 millones de kilos, y en los últimos cinco años no pasamos los 5 millones. Causas tan diversas como complejas motivaron esta caída, y en su mayoría no dependen de decisiones que puedan tomarse tranqueras adentro de la explotación.
Una de las principales consecuencias de este empobrecimiento generalizado es el éxodo rural: de las más de quince mil familias que se dedicaban al tabaco en los años setenta, actualmente quedan solamente dos mil.
Unas cuantas más se han “reconvertido”, las menos hacia otras alternativas productivas, las más en proletarios rurales o beneficiarios de planes o pensiones.
Muchísimas otras han emigrado, engrosando la caravana de correntinos que van a buscar nuevos horizontes en las grandes ciudades de nuestro país.
Fuente: Diario