La bioseguridad es un conjunto de prácticas de manejo, que cuando son mantenidas en el tiempo, reducen la posibilidad de introducción y transmisión de enfermedades existentes en un rodeo. Se trata de una actitud, más que una gran tecnología y apunta al comportamiento de la gente para lograr actitudes y conductas.
Uno de los aspectos a considerar en cualquier establecimiento ganadero es como gestionar los cadáveres. Para esto seria importante contar con un protocolo que contemple la forma de trasladar los mismos, destino final y como procesarlos para reducir riesgos en la trasmisión de enfermedades y minimizar el impacto en la salud pública y el medio ambiente.
El protocolo debe indicar el destino de los cadáveres según su tamaño. Así, por ejemplo, si se trata de un feto o un ternero que aparecen en un potrero sería conveniente enterrarlos en el lugar (insitu). Ahora si es un animal adulto se recomienda trasladarlo hasta un cementerio.
Es recomendable dejar claro que el tratamiento de cadáveres (entierro insitu o traslado a cementerio) debe realizarse dentro de las 48 hs de muerte, o apenas se encuentra si se cree que ha pasado más de ese tiempo.
Enterramiento in situ
Realizar un pozo de al menos 1 mt de profundidad para enterrar el feto o animal pequeño. Antes de enterrarlos se aconseja fumigarlos con un desinfectante.
Si se tratara de un aborto, se recomienda fumigar el espacio circundante a donde se encontró el aborto. Dicha superficie puede ser de un diámetro de 4 mt a la redonda.
Traslado de cadáveres
Evitar arrastrar animales muertos a través del campo. Esta práctica, muy frecuente, es de alto riesgo porque puede estar diseminando agentes infecciosos como Carbunclo, Paratuberculosis, Tuberculosis, Salmonelosis, otros. Es conveniente trasladarlos con un pinche, una pala mecánica o una balsa de arrastre. Si el cadáver esta eliminando sangre por los ollares y/o el ano cubrir con una bolsa embebida en desinfectante. Para ejecutar esta maniobra el operario debería utilizar guantes.
Todos los campos ganaderos deberían contar con una mochila para fumigar (asperjar) con desinfectantes en lugares contaminados. Por ejemplo, en los equipos utilizados para el traslado o lugares donde se encontraban los cadáveres.
Cementerio
En todo campo ganadero debe existir un lugar donde se depositen los cadáveres. En las últimas décadas, la intensificación de la ganadería bovina en Argentina ha hecho que en la mayoría de establecimientos medianos a grandes existan disponibles maquinarias pesadas (tractores, palas hidráulicas, pinches, palas de arrastre, etc.) que permiten el movimiento de tierra y traslado de cadáveres. En dichas situaciones, diseñar un buen cementerio no implica grandes inversiones extras.
Para la locación debe considerarse un lugar distante de zonas habitadas y evitando que los vientos predominantes lleven olores/aerosoles a las mismas. Es recomendable un lugar elevado y por donde no corra agua hacia otros sectores durante las lluvias, debería estar lo más céntrico posible respecto de los lotes ganaderos. El espacio debe estar bien cercado y con posibilidades de maniobrar con los equipos de traslado de cadáveres y equipos de movimiento de tierra.
Se sugiere cavar una fosa, donde se puedan ir depositando los cadáveres ordenadamente y tapándolos con tierra. El principal aspecto a atender, además de los ya mencionados respecto a la ubicación, es la profundidad de la fosa. Debe ser suficiente como para permitir que los cadáveres queden bien cubiertos con tierra y la tierra que se retira de la fosa debe quedar fácilmente disponible para tapar cada vez que se deposite un cadáver.
Existen varias recomendaciones de profundidad, todas con ventajas y desventajas. Cuanto más profunda la fosa mayor riesgo de contaminación ambiental (escurrimiento a napas) y si es demasiado superficial puede quedar expuesto a carroñeros y vectores. Una medida razonable es una fosa de no más de 1 metro, y así tapar con al menos 40cm de tierra (aunque quede sobreelevado). A los 10-12 meses debería poder nivelarse y dar uso convencional a esa tierra si fuera necesario. Si fuera posible, es conveniente para el suelo, poner en el fondo de la fosa una capa de material carbonoso (restos vegetales como restos de poda o paja) para equilibrar la cantidad de nitrógeno que aportan los cadáveres.
Desinfectantes
Es recomendable desinfectar las superficies de las máquinas que estuvieron en contacto con los cadáveres para evitar la propagación de microorganismos patógenos. Especialmente si esas máquinas son las que se utilizan para manipular alimentos o forrajes. Los desinfectantes más utilizados son el formol, fenoles, cresoles, iodo con ácido fosfórico y ácidos orgánicos de última generación.
Quemado
No se recomienda el quemado de cadáveres porque pueden expandirse esporas durante el procedimiento. Además, es una tarea compleja que insumes recursos (combustibles) y genera contaminación.
Fuente: Todolechería
