Mientras la cadena granaría aguarda esperanzada la cosecha gruesa, el Indec dio a conocer el viernes pasado el informe trimestral sobre balanza de pagos que da cuenta de la caída de las exportaciones durante un conflictivo 2009.
El bajón exportador, en medio de la crisis internacional, totalizó el año pasado unos 14.270 millones de dólares, computando todos los rubros de la canasta comercial externa.
Esa cifra representó un 20% menos de las ventas al mundo que se habían registrado en 2008, cuando el precio de los alimentos se veían disparados por la especulación de los fondos (¿estos no son buitres?) que incursionaron en el mercado de commodities inyectando decenas de miles de millones de dólares.
A la crítica situación que impactó en el mundo desarrollado se sumó en la Argentina la pelea interna no resuelta aún campo-gobierno, elecciones legislativas, y el calvario de una sequía que dejó un tendal de pérdidas en la mayor parte del país.
En ese escenario las empresas exportadoras que más se vieron perjudicadas fueron las cerealeras y las vinculadas al complejo oleaginoso, léase sojero, con una caída brutal de las exportaciones según lo informa el organismo estadístico.
“El 82% de la caída de las exportaciones en los doce meses (2009) respecto de igual periodo del año anterior (2008) se concentró en el rubro complejo oleaginoso” con un 31%, señala el informe del Indec. En tanto que la disminución en el complejo cerealero fue del 25%.
El resto de los sectores que retrocedieron en el valor exportado (que completan el 82%) fueron: combustible y energía (-13%), material de transporte terrestre (-7%), así como los metales comunes y sus derivados (-6%).
Las menores exportaciones del complejo oleaginoso totalizó 4.383 millones de dólares respecto de 2008, y en el sector cerealero la merma fue de 3.504 millones, respecto del mismo periodo. Entre ambos sectores el recorte exportador en 2009 totalizó los 7.887 millones de dólares.
La buena noticia en todo caso es que pese a esas caídas el superávit comercial fue récord con un saldo favorable en la Cuenta Corriente de 11.292 millones de dólares, un 60% más que en el transcurso de 2008.
Pero no todo fue bajón para las empresas. Cerca del 60% de las grandes firmas son de origen extranjero y en el renglón del balance de Pagos correspondiente al giro de “utilidades y dividendos” la suma de la salida de divisas arroja para todo 2009, 6.882 millones de dólares.
Esa cifra representó un 13% más de rentas de las empresas giradas al exterior. Quiere decir que mientras los países desarrollados apelaban a un vigoroso aumento del déficit fiscal para paliar la recesión que les produjo la crisis financiera internacional, y evitar aumentos de desocupación, desde la Argentina se giraban remesas.
Entre 2008 y 2009 los giros al exterior por utilidades y dividendos del capital extranjero ascendieron a casi 13.000 millones de dólares. Si a ello se agregan los servicios por pagos de intereses de la deuda la salida de capitales por ambos conceptos trepó en los dos últimos años a 16.700 millones de dólares.
Mientras tanto la fuga de capitales a través del segmento “sector privado no financiero” del balance de pagos, volvió a mostrar un pequeño aumento en el último trimestre de 2009 al totalizar un rojo de 410 millones de dólares.
La salida de capitales al exterior no deja de caer desde el segundo trimestre de 2008 cuando se concentró el peor momento del conflicto entre el sector agropecuario y el gobierno kirchnerista.
La fuga de capitales siguió creciendo el año pasado a ritmo acelerado durante el primer trimestre de 2009 por un total de 6.739 millones de dólares. No obstante la sangría de dólares se redujo a partir de la segunda mitad del año con una salida de capitales por 304 millones en el tercer trimestre, y otros 410 millones en el último tramo del año.
Fuentes El Enfitueta.